Queridos amigos,
El horrible asesinato de George Floyd ha encendido la indignación nacional contra el racismo arraigado, sistémico e histórico que descuenta vidas negras en nuestras comunidades, nuestras instituciones y nuestro país. En SPAN, como organización comprometida con la no violencia y la justicia social, hemos luchado por dar sentido a este momento. Nuestro personal, voluntarios y los sobrevivientes que acuden a nosotros en busca de apoyo, especialmente aquellos que son negros y marrones, se tambalean de ira, dolor y miedo.
Estos no son eventos aislados con víctimas individuales y un puñado de malos actores. Reflejan siglos de supremacía blanca y las recientes décadas de políticas y prácticas racistas que han codificado dos sistemas de acceso y justicia: uno para aquellos que se benefician del privilegio de la piel blanca, y otro para todos los demás.
Este sistema de injusticia atormenta a los sobrevivientes negros y marrones de violencia doméstica, ya que se preguntan si llamar a la policía conducirá a una respuesta racista violenta de las fuerzas del orden, las mismas personas que han jurado servir y proteger.
Si somos blancos, podemos decir «eso no sucede en nuestra comunidad». Si somos negros o marrones, sabemos que sí.
Las raíces de la violencia y la opresión, ya sea que se manifiesten como abuso de pareja en el hogar o violencia racista en la calle, prosperan cuando el poder se utiliza para deshumanizar a los demás. La violencia y la opresión que se alieran no pueden ocurrir cuando sólo los heridos y oprimidos protestan. Interrumpir la pandemia de violencia racista en nuestro país exige la acción de los blancos, especialmente los blancos en el poder. Esto es cierto a nivel nacional; es igualmente cierto en nuestra comunidad local.
En SPAN nos tomamos esta increíble carga en serio. Denunciar el asesinato de George Floyd, y de Ahmaud Arbery, Breonna Taylor, Sean Reed y Tony McDade, no puede ser donde termina nuestra indignación como una comunidad. Como nos recuerda James Baldwin: «No todo lo que se enfrenta puede cambiar, pero nada se puede cambiar hasta que se enfrente». Debemos escuchar a las comunidades de color, prestar atención a la ira y el dolor de los sobrevivientes del color, desmantelar el legado de la supremacía blanca en nosotros mismos, nuestras instituciones y nuestros movimientos, y unirnos a los aliados para reconstruir los sistemas de justicia para todos. Este es un trabajo desafiante, urgente y que salva vidas. Es el momento.
-Anne Tapp, Directora Ejecutiva de SPAN